lunes 24 de septiembre 2012
Ante la necesidad de ejercer un mayor control sobre su muy permeable espacio aéreo, que en las áreas fronterizas con Bolivia y Paraguay es frecuentemente violado por vuelos no autorizados –muy probablemente ligados al narcotráfico y otras actividades ilegales- el gobierno está considerando la compra de hasta tres aviones radar, también denominados de alerta temprana o AEW (del Inglés Airborne Early Warning).
La compra de los aviones radar formaba parte del Programa de Radarización lanzado por el ex presidente Carlos Saúl Menem a fines de los años noventa. Pero problemas ligados a la adjudicación del contrato, que debía incluir la implementación de una amplia red de radares terrestres de control de tráfico aéreo, además de tres aviones radar, demoraron los planes. Pasó casi una década antes del inicio del proyecto, ya bajo la administración del fallecido ex presidente Néstor Kirchner. Sin embargo, la compra de los aviones radar sigue pendiente hasta ahora.
Pero, bajo la presión de los frecuentes vuelos ilegales en la zona norte del país, el gobierno federal que encabeza la Presidenta Cristina Fernández ha autorizado al Ministro de Defensa, Arturo Puricelli, a iniciar las tratativas para la compra de al menos dos aviones AEW. Inicialmente Puricelli y el Estado Mayor Conjunto de las FFAA consideraron la posibilidad de arrendar una aeronave de este tipo perteneciente a la Fuerza Aérea de Brasil, pero al parecer esa opción habría sido descartada, luego de que las autoridades brasileñas informaron que no tendrían aparatos de ese tipo disponibles para facilitar.
Las opciones ahora bajo consideración apuntan a la potencial compra de aviones radar de origen sueco ó español, ofrecidas por SAAB AEROSPACE y la división AIRBUS MILITARY del grupo industrial EADS, respectivamente. Una delegación de la firma escandinava, que recientemente visitó Buenos Aires, ofreció su sistema de control y observación aérea ERIEYE, montado en aviones bimotores turbohélice SAAB 340 o SAAB 2000. Además de ser empleado por la Real Fuerza Aérea de Suecia, el ERIEYE también está en servicio con las fuerzas aéreas de Brasil, México, Paquistán y los Emiratos Árabes Unidos.
Mientras, AIRBUS MILITARY, una división del grupo industrial pan-europeo EADS con sede en España, ofrece la versión AEW de su avión de transporte bimotor turbohélice C-295, que actualmente está desarrollando conjuntamente con la firma israelí ISRAEL AEROSPACE INDUSTRIES (IAI), que proveerá una nueva versión de su sistema de control y observación PHALCON. El sistema PHALCON se encuentra en servicio con las fuerzas aéreas de Israel, Chile y Singapur. Una delegación de AIRBUS MILITARY e IAI es esperada en las próximas semanas en Buenos Aires, donde promoverá el C-295 tanto en su versión AEW como en su versión básica de carga, que está ofreciendo como potencial reemplazo de los transportes turbohélice FOKKER F-27 de la Fuerza Aérea Argentina.
Según observadores, la compra de dos aeronaves AEW, más elementos de apoyo, podría alcanzar un costo cercano a los US$ 200 millones. Pero esa adquisición sería imprescindible, para que Argentina ejerza un control más completo y efectivo de sus fronteras y espacios aéreos. Junto con avanzar en el Plan de Radarización, instalando un número de radares desarrollados y producidos por la firma local INVAP, Argentina ha reforzado el control de los límites fronterizos terrestres y los espacios aéreos y fluviales mediante el Operativo Escudo Norte, lanzado en Julio del 2011. Centrado en Santiago del Estero pero también comprendiendo zonas de la provincia de Misiones, el mencionado operativo incluye a miles de efectivos de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA), la Prefectura Naval (PNA) y las policías provinciales, además de elementos de las fuerzas armadas secundados para tareas de apoyo.
Dentro del Operativo Escudo Norte, la Fuerza Aérea Argentina (FAA) tiene la responsabilidad primaría de detectar tempranamente las aeronaves que ingresen al espacio aéreo argentino y se desplacen dentro del mismo sin autorización, así como de interceptar y forzar la rendición de los vuelos ilegales mediante el uso de sus aviones de combate. Pero, aunque la red ampliada de radares ha permitido que la FAA dé una mayor cobertura de las rutas de ingreso, muchos de los vuelos ilegales logran aún burlar dicha cobertura por la vía de volar por debajo del ángulo de visión de los radares terrestres, haciendo más difícil su intercepción y detención. La única solución es la compra de los aviones radar, que harán imposible la evasión de los vuelos no autorizados.
La compra de los aviones radar formaba parte del Programa de Radarización lanzado por el ex presidente Carlos Saúl Menem a fines de los años noventa. Pero problemas ligados a la adjudicación del contrato, que debía incluir la implementación de una amplia red de radares terrestres de control de tráfico aéreo, además de tres aviones radar, demoraron los planes. Pasó casi una década antes del inicio del proyecto, ya bajo la administración del fallecido ex presidente Néstor Kirchner. Sin embargo, la compra de los aviones radar sigue pendiente hasta ahora.
Pero, bajo la presión de los frecuentes vuelos ilegales en la zona norte del país, el gobierno federal que encabeza la Presidenta Cristina Fernández ha autorizado al Ministro de Defensa, Arturo Puricelli, a iniciar las tratativas para la compra de al menos dos aviones AEW. Inicialmente Puricelli y el Estado Mayor Conjunto de las FFAA consideraron la posibilidad de arrendar una aeronave de este tipo perteneciente a la Fuerza Aérea de Brasil, pero al parecer esa opción habría sido descartada, luego de que las autoridades brasileñas informaron que no tendrían aparatos de ese tipo disponibles para facilitar.
Las opciones ahora bajo consideración apuntan a la potencial compra de aviones radar de origen sueco ó español, ofrecidas por SAAB AEROSPACE y la división AIRBUS MILITARY del grupo industrial EADS, respectivamente. Una delegación de la firma escandinava, que recientemente visitó Buenos Aires, ofreció su sistema de control y observación aérea ERIEYE, montado en aviones bimotores turbohélice SAAB 340 o SAAB 2000. Además de ser empleado por la Real Fuerza Aérea de Suecia, el ERIEYE también está en servicio con las fuerzas aéreas de Brasil, México, Paquistán y los Emiratos Árabes Unidos.
Mientras, AIRBUS MILITARY, una división del grupo industrial pan-europeo EADS con sede en España, ofrece la versión AEW de su avión de transporte bimotor turbohélice C-295, que actualmente está desarrollando conjuntamente con la firma israelí ISRAEL AEROSPACE INDUSTRIES (IAI), que proveerá una nueva versión de su sistema de control y observación PHALCON. El sistema PHALCON se encuentra en servicio con las fuerzas aéreas de Israel, Chile y Singapur. Una delegación de AIRBUS MILITARY e IAI es esperada en las próximas semanas en Buenos Aires, donde promoverá el C-295 tanto en su versión AEW como en su versión básica de carga, que está ofreciendo como potencial reemplazo de los transportes turbohélice FOKKER F-27 de la Fuerza Aérea Argentina.
Según observadores, la compra de dos aeronaves AEW, más elementos de apoyo, podría alcanzar un costo cercano a los US$ 200 millones. Pero esa adquisición sería imprescindible, para que Argentina ejerza un control más completo y efectivo de sus fronteras y espacios aéreos. Junto con avanzar en el Plan de Radarización, instalando un número de radares desarrollados y producidos por la firma local INVAP, Argentina ha reforzado el control de los límites fronterizos terrestres y los espacios aéreos y fluviales mediante el Operativo Escudo Norte, lanzado en Julio del 2011. Centrado en Santiago del Estero pero también comprendiendo zonas de la provincia de Misiones, el mencionado operativo incluye a miles de efectivos de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA), la Prefectura Naval (PNA) y las policías provinciales, además de elementos de las fuerzas armadas secundados para tareas de apoyo.
Dentro del Operativo Escudo Norte, la Fuerza Aérea Argentina (FAA) tiene la responsabilidad primaría de detectar tempranamente las aeronaves que ingresen al espacio aéreo argentino y se desplacen dentro del mismo sin autorización, así como de interceptar y forzar la rendición de los vuelos ilegales mediante el uso de sus aviones de combate. Pero, aunque la red ampliada de radares ha permitido que la FAA dé una mayor cobertura de las rutas de ingreso, muchos de los vuelos ilegales logran aún burlar dicha cobertura por la vía de volar por debajo del ángulo de visión de los radares terrestres, haciendo más difícil su intercepción y detención. La única solución es la compra de los aviones radar, que harán imposible la evasión de los vuelos no autorizados.
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